DEL CAMBIO CLIMÁTICO, AL TIEMPO DE CAMBIO


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Todo cambio genera un desorden y un desequilibrio, es responsabilidad del protagonista, adpatarse a él o sucumbir… En cuanto al calentamnieto global y sus efectos: el protagonista es el ser humano y su historia, el escenario el planeta Tierra. No se trata solo de un discurso altruista o filantrópico, es nuestra vida y su curso la que está en juego.
El Cambio Climático es el calentamiento de la Tierra debido a la actividad humana contaminante, la quema de combustibles, la irresponsabilidad en el uso de los productos químicos, la tala excesiva de árboles, la caza irresponsable de animales, todo ello genera un desbalance en nuestros ecosistemas y es así como se incrementan los gases de efecto invernadero. De esta manera la atmósfera retiene más calor de lo normal y el planeta se recalienta.
Los efectos se observan en los deshielos de los glaciares, los friajes intensos, o la elevada temperatura, las lluvias fuera de estación, la injusta extinción de los animales, la contaminación del mar, las enfermedades de la piel, las virosis estomacales y respiratorias, el dengue…. y lo que es peor aún, la escasez de agua que se traduce en la inequidad y pobreza.
Ante este hecho, los representantes de los países con alto índice de contaminación acordaron disminuir sus emisiones de CO2 ratificando el  Protocolo de Kioto en el 2005, lamentablemente no todos los países firmaron y la esperanza es la COP de Lima 2014, del 1 al 12 de diciembre. ¿Será que se obtendrán soluciones a partir de ello?...

Como un grito solidario por el planeta, se han llevado a cabo movilizaciones públicas internacionales, como los APAGONES MUNDIALES. Ante este último acontecimiento en el mes de marzo, en mi ciudad, Lima, pude ver muchas luces apagadas; no obstante la indiferencia también se hizo presente.
Si la materia es energía que se transforma, y todo ser vivo es energía, las plantas son energía, los animales son energía, la Tierra es energía… entonces todos somos parte de todo, un tejido universal.
Observo una crisis de compromiso en todo sentido, y la falta de compromiso con el medio ambiente, es más que obvio. La crisis del medio ambiente, se traduce en el individualismo, en el “sobrevivir”, más que vivir, la rapidez del día a día sin detenerse a pensar en el otro, la vorágine de pensamientos que muchas veces se centran en el propio “bienestar”… a costa de cualquier precio. El hecho es que el bien común, el equilibrio, esa energía universal, nos pertenece a todas y todos… entonces estamos llamados a ser RESPONSABLES con nuestro entorno.
No podemos limitarnos a pensar que la Responsabilidad Social, el Cuidado del Medio ambiente… “es un tema que solo le pertenece a las trasnacionales, al gobierno, a los países de primer mundo o los profesionales del medio ambiente”, ya que todas las personas somos uno con el medio ambiente. El bienestar de uno, hace resonancia en el bienestar de quien está a mi lado, y aún la resonancia es tan poderosa que de alguna manera llega a quien no vemos, a quienes viven en otras comunidades, barrios, ciudades, países, continentes.
La esperanza de una mejor calidad de vida, una mayor esperanza de vida al nacer, no se puede limitar a un círculo cerrado; aquella calidad de vida depende de la calidad de alimentos que comemos, el agua que bebemos, y aire que respiramos.

Vivo en una ciudad de cielo gris, Lima, donde en la “hora punta”, las nubes negras cruzan por mis ojos cuando cruzo la calle. El hecho de que cualquier peatón absorba smog, es un efecto que repercute en la salud de todos y todas.

Tal vez sea iluso pensar que dentro de pocos años en las calles dejarán de circular completamente “las cafeteras”; pero eso no es motivo para que nos lavemos las manos. Algo tan simple como reciclar, no dejar los celulares cargándose más tiempo de lo normal, sembrar árboles en algún lugar accesible, hacer voluntariados, llevar un poquito de verde a tierras color arena, evitar el exceso de aerosoles… hasta una simple y sincera sonrisa, contribuye a que la energía se transforme.

El planeta Tierra, con todos los desastres que manifiesta, nos llama a un Tiempo de Cambio, una revaluación de nuestras esencias como personas, que resuenan en un colectivo, en la humanidad.
Con amor,

Milagros


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